Hace un tiempo (mola haber empezado así) hubo una guerra que implicó a millones de seres humanos, y mató todavía a más. No contentos, hace menos tiempo nos las apañamos para montarla todavía más, y matar a más gente, supongo que en otra dimensión una personificación del genocidio (sin mayúscula, que todos los muertos son igual de importantes) está pegado a un auricular que no cesa de repetir "Permanezca a la espera" y canciones cutres de hilo musical .
Me gustaría hablar de dos personas implicadas en esta última cagada, ellos son:
-Shoichi Yokoi, sargento del ejercito imperial japonés.
-Hiroo Onoda, teniente del ejercito imperial japonés.
Ambos formaron parte del contingente japonés desplegado en Filipinas para crear una guerrilla en las selvas, ambos permanecieron en solitario más de 30 años en sus puestos, sin saber que la guerra ya había terminado.
Dicen que la soledad acaba volviendo locos a los naufragos y similares, pero cuando ambos fueron redescubiertos se encontraban en buena forma psíquica y física (a pesar de haber sobrevivido a base de cacahuetes durante decadas).
Shoichi Yokoi volvió a Japón declarando sintiendose avergonzado por su situación, mientras que el estudiante que encontró a Hiroo Onoda tuvo que volver a Japón a buscar al antiguo comandante de Onoda, un anciano librero, ya que el teniente sostenía que sólo abandonaría su puesto por orden de su superior.
Lo mismo llegaron a un tipo distinto de locura, o lo mismo alguien puede subsistir a base de creer que se encuentra en una lucha personal por lo que sea (niego rotundamende estar pensando en Frank).
Así que si algún día se me acaba el pan... ¡Aunque sea se lo robaré a los patos del lago!
Yo y mis muelas, la marina rastafari... ¡Mira! ¡Hasta podría componer una canción triste de Canary Street!
Recuerdo el humo salado de un fuego en la playa
Y las sombras bajo las palmeras...
Sólidas, definidas, concretas...
Las gaviotas encaramadas en los mastiles
Blanco sobre negro
Y el aire entre las hojas
Haciendo bailar las sombras
Las gaviotas abriendo sus alas
Volando
Llenando el cielo con sus gritos
Siento el viento
Soplando a lo largo de la playa
Y la resaca
Y veo que nuestra hoguera
Ha abrasado las algas
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