lunes, 16 de junio de 2008

La Odiosea


Hace dos años comencé a escribir un relato corto en mi espacio ¡Y pienso terminarlo en este blog!
Así que vayan al servicio, piquen algo, tengan una bebida a mano (bueno, eso siempre), desconecten el teléfono, y preparense para disfrutar de "La Odiosea".


Primer canto: Odioso
La vida de Odioso quedó marcada por los designios divinos desde su más tierna infancia. Cuando su madre se dispuso a sumergirlo en el cauce del arroyo culebro, para que los poderes de sus aguas lo tornaran en imbatible (otros aseguran que la pobre mujer no tenía más medios para abortar...) la mala fortuna quiso que una hoja se posara en la paletilla del niño impidiendo que fuera tocada por el poderosos líquido, además el tobillo del bebé era sostenido por su madre, y luego estan las sanguijuelas que saltaron desde el agua para cubrir el cuerpo de Odioso... En definitiva, que tras aquel baño, Odioso no fue sumergido en el Culebro, y por consiguiente como el propio Odioso le confesó totalmente ebrio a su mejor amigo unos años más tarde "Tío, soy practicamente invencible, bueno, no practicamente, el azar quiso que tuviera un punto flaco: todo el cuerpo; una pedrá en la cabeza mal da y ¡Adios existencia! Pero no se lo cuentes a nadie ¿Ok?" Y como todo buen escolar sabe, ese mismo día murió Odioso y esas mismas palabras están escritas sobre su tumba según la antigua costumbre de usar las últimas palabras del difunto como epitafio...

Segundo canto: la emancipación
Tras muchos años dedicado a sus estudios, Odioso consiguió terminar su bachillerato de rajabarbas y quema-aldeas. Sus tutores, que lo trataban como a sus propios hijos (palizas, gritos, y algún que otro toqueteo...), lamentaban mucho su partida, ya que tras volver a casa a comprobar si sus progenitores habían sido ahorcados tras alguna revuelta, los ex-alumnos solían volver a su alma-mater en grupos de cinco a quince, con hachas y antorchas, para demostrar cómo aplicaban los conocimientos adquiridos academicamente en el mundo real...
Odioso consiguió llegar a casa tras muchos rodeos (solía tener la costumbre de dormitar en las embarcaciones, cuando despertaba podía estar en algún puerto remoto, o en los remos de alguna embarcación pirata). Una vez allí retomó su vida donde la había dejado, sopa boba, esclavas, y algún que otro degollamiento de vez en cuando.
La vida de Odioso transcurrió así un par de años hasta que su madre consideró que hacía falta algo para fortalecer el caracter de su hijo, y ya de paso mandarlo todavía más lejos de casa, esperando que esta vez no supiera encontrar el camino de vuelta...
-Odioso hijo mío, he tenido una visión
-¿Ya sabeis de qué color pintar las columnas del comedor?
-¡No idiota!Te he visto convertido en una de las mayores leyendas de esta nuestra raza. Todo ello si partes a la lejana ciudad de (no sabeis lo que me cuesta no hacer el chiste fácil) Troma, pero...
-¿Pero?
-Si tomas el camino de Troma además de fama imperecedera obtendrás una muerte prematura...
-O sea, que puedo irme a Troma en busca de gloria y una muerte segura, o quedarme aquí y seguir siendo simplemente el mayor cabrón de la isla ¿Es eso?
-Exacto
-Bien ¿Qué echan esta temporada en Tele-ítaca? Porque ni jarto de vino me voy yo a...-PUM
Cuando Odioso despertó se encontraba a bordo de un barco, tenía un chichón del tamaño de Creta en su cabeza, una espada en su mano, y un pasaje ya sellado hacia Troma.

Tercer canto: el Pirao
-¡Señor! ¡Despertad!
-¿Hum... ...hemos llegado ya a Troma?
-¡No! Teneis que pasar revista a vuestras tropas, hemos llegado por los pelos a la partida de la gran flota.
-Hum... Claro-Odioso se desperezó, su rostro se se contrajo finalmente ante un mazazo de realidad-¿Mis tropas? ¿La flota?
-¡Claro! Somos la fuerza de intervención rápida de ítaca, el resto de flotas ya están reunidas aquí, en el puerto más grande del mundo.
-¿El puerto más grande del mundo?
-Sí señor ¡El Pirao! El puerto fortificado de los Atonados.
-Voy a cubierta, no quiero vomitar cerca del vino...
Realmente hay incidentes urbanísticos con una historia léxica muy interesante. Por ejemplo la "Calle Real" de Valderrijos, el nombre completo de la calle no cabía en las ornamentadas placas del lugar, y además a los responsables civiles les parecía de mal gusto resaltar a los viandantes que era una jodida callejuela "realmente empinada". Pero el caso de el Pirao era simplemente impresionante. La gigantesca mole del faro, en forma de coloso, le hacía al espectador (incluso a un trozo de carne como Odioso) sobrecogerse ante su esplendor... A pesar del embudo en la cabeza del gigante, el hecho de que estuviera a la pata coja, y que la linterna que portaba en una mano no hacía más que resaltar el gesto obsceno de la otra...
-¡Qué curioso!
-Sí bueno... El puerto es una increible proeza de la ingeniería, por eso sólo hubo un hombre capaz de llevar a cabo su diseño. Y de paso inmortalizó su nombre y efigie en la obra...
-¡No! Me refiero a que había comido cordero.
El esplendor del puerto no ensombrecía la grandeza de la flota de guerra allí reunida. Miles y miles de barcos estaban amarrados en el Pirao, los más lejanos a la costa del puerto estaban comunicados mediante un complejo sistema de pasarelas y gruas flotantes. Llegar el útimo hacía disminuir mucho la imagen de sus fuerzas a Odioso, sobre todo porque por lo que él veía sólo contaba con un barco...
-¿Cuántas naciones componen esta liga?
-Pues... Atonos, Creta, Alpargatas... E Ítaca.
-Y nosotros somos la vanguardia del contingente de Ítaca ¿Verdad?
-Nosotros somos el contingente de intervención rápido de Ítaca, señor. Venimos en calidad de especialistas.
-Comprendo, estrategias, logística, y todo eso.
-Eh... No. Venimos en calidad de fuerza de asalto, ya sabe, golpes relámpago tras las posiciones enemigas y todo eso, señor. Los reyes de las naciones que componen nuestro ejercito quieren que esta sea una guerra rápida, un asedio prolongado sería demasiado costoso, y lo que es peor, demasiado tedioso.

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